A la luz de Krishnamurti

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LA INTELIGENCIA

Publicado el 1 de febrero de 2014

Históricamente hemos hecho un culto de la «inteligencia».

La misma es un atributo que nos permite desempeñarnos socialmente del modo más satisfactorio y, en general, la forma más sencilla que hemos tenido de evaluarla es por los resultados concretos que le otorga al portador de esa inteligencia, léase: posición económica, prestigio social, reconocimiento público, etc, etc. ¿A  ésto se refiere K? Parecería que no…

Categoría Su Legado

El Despertar de la Inteligencia

Publicado el 1 de febrero de 2014

Hace poco les dije que el pensamiento, con todo cuanto conoce, lo cual es siempre acumulativo, es algo viviente; no es una cosa muerta y, en consecuencia, el vasto espacio puede moverse junto con el pensamiento. Cuando el pensamiento se separa a sí mismo como pensador, como experimentador, y produce confusión y conflicto, entonces ese experimentador, observador, pensador, se convierte en el pasado, que es estacionario y que, por lo tanto, no puede moverse. La mente ve en este examen que donde existe división en el pensar, el movimiento no es posible. Donde hay división interviene el pasado, y éste se torna estacionario, fijo, se convierte en el centro inmóvil. El centro inmóvil puede ser modificado, incrementado, pero es un estado de inmovilidad que, por eso mismo, carece de movimiento libre.

De modo que ésta es la siguiente pregunta que me hago  –y también a ustedes–: ¿Esto es visto por el pensamiento, o la percepción es algo enteramente distinto al pensamiento? Uno ve la división que existe en el mundo: la nacional, la religiosa, económica, social, etcétera; en esta división hay conflicto, eso es evidente. Y cuando existe división y fragmentación dentro de mí, debe haber conflicto. Entonces estoy dividido en el observador y lo observado, el pensador y el pensamiento, el experimentador y la experiencia. Esa división es causada por el mismo pensamiento, el cual es producto del pasado; veo la verdad de esto. Entonces pregunto: ¿Es el pensamiento quien ve esto, o se tata de algún otro factor? ¿O el nuevo factor es la inteligencia y no el pensamiento? ¿Cuál es entonces la relación entre el pensamiento y la inteligencia? ¿Comprenden mi pregunta? Personalmente estoy muy interesado en esto, ustedes pueden acompañarme o no. Investigarlo es algo extraordinario.

El pensamiento ha producido la división en el pasado,  el presente y el futuro. El pensamiento es tiempo. Y el pensamiento se dice a sí mismo: veo esta división en lo interno y en lo externo, veo que ella es el factor del conflicto. Como el pensamiento no puede ir más allá, dice: estoy donde empecé, sigo con mis conflictos porque es el pensamiento quien afirma: “Veo la verdad de la división y el conflicto”. Ahora bien; ¿esto lo ve el pensamiento o ello es visto por un nuevo factor de inteligencia?
Si es la inteligencia que lo ve, ¿cuál es la relación entre el pensamiento y la inteligencia? ¿O la inteligencia significa libertad con respecto a la división del pensamiento?: división que el mismo pensamiento ha producido. Viéndolo lógicamente y siendo incapaz de ir más allá, el pensamiento permanece con ello; no intenta combatirlo ni sojuzgarlo. A partir de ahí entra en acción la inteligencia.

Preguntamos entonces: ¿qué es la inteligencia? ¿Puede la inteligencia ser cultivada? ¿Es ella innata? ¿Es el pensamiento que ve la verdad acerca del conflicto, de la división, etc., o la que ve es esa cualidad de la mente que percibe el hecho y permanece completamente quieta con el hecho?, no intentando ir más allá, no tratando de imponerse sobre el hecho, de cambiarlo, sino permaneciendo por completo silenciosa con él. Esta quietud es inteligencia. La inteligencia no es pensamiento, es este silencio y, por lo tanto, ella es totalmente impersonal. No pertenece a ningún grupo, a ninguna persona, raza o cultura.

En consecuencia, mi mente ha descubierto que existe un silencio, algo no acumulado por el pensamiento, por la disciplina, la práctica y todo ese horror, sino derivado del ver que el pensamiento es incapaz de ir más allá de sí mismo; porque el pensamiento es un efecto del pasado, y donde el pasado opera debe producir división y, por consiguiente conflicto. ¿Puede uno verlo y permanecer quieto con ello? Ustedes saben, es como permanecer completamente quietos con el dolor. Cuando muere alguien en quien estaban interesados, alguien que estimaban, cuidaban, acariciaban, amaban, existe la conmoción de la soledad, la desesperación, una sensación de aislamiento, todo se derrumba alrededor. ¿Puede uno permanecer con ese dolor sin buscar explicaciones y causas, sin pensar “por qué debió irse él y no yo”? El permanecer completamente quieto y silencioso con ello, es inteligencia. Esa inteligencia operará entonces en el pensar utilizando al conocimiento, y ese conocimiento, ese pensar, no crearán división.

Surge así la pregunta: ¿Cómo es que la mente, la mente de ustedes, que está parloteando sin cesar, esa mente burguesa, prisionera en una trampa, luchando, buscando, siguiendo un gurú y practicando disciplina, cómo puede esa mente estar por completo  silenciosa?

La armonía es quietud. Existe una armonía entre el cuerpo, el corazón y la mente, armonía completa, sin disonancia. Eso significa que el cuerpo no debe ser dominado ni disciplinado por la mente. Cuando él gusta de cierta clase de comida, o tabaco, o drogas, y de la excitación que todo eso provoca, el controlarlo mediante la mente es una imposición. Mientras que si el cuerpo es sensible, si está activo y no deteriorado, tiene su propia inteligencia. Uno ha de poseer un cuerpo así, vivo, activo, no drogado. Y uno también debe tener corazón: no excitación, no sentimentalismos, ni emocionalismos, ni entusiasmos, sino ese sentido de plenitud, de hondura, de calidad y energía que sólo puede existir cuando hay amor. Y uno debe tener una mente con un espacio inmenso. Entonces hay armonía.

¿Cómo, pues, ha de dar la mente con esto? Estoy seguro de que todos ustedes se lo han preguntado, tal vez no mientras están aquí sentados, pero cuando regresan a sus casas, cuando caminan, se preguntarán: ¿Cómo puede uno tener este sentimiento de completa integridad, de unidad entre el cuerpo, el corazón y la mente, sin sentido alguno de distorsión, división o fragmentación? ¿Cómo piensan que ello sea posible? Ustedes ven la realidad de esto, ¿no es así? Ven la verdad de que deben tener completa armonía dentro de sí, en la mente, el corazón y el cuerpo. Es como tener una ventana limpia y clara, sin rayaduras ni manchas; entonces uno ve las cosas sin deformación alguna, tal como si mirara por esa ventana. ¿Cómo pueden ustedes llegar a eso?

Ahora bien, ¿quién ve esta verdad? ¿Quién ve la verdad de que debe existir esta completa armonía? Como dijimos, cuando hay armonía, hay silencio. Cuando la mente, el corazón y el organismo están en armonía completa, hay silencio; pero cuando uno de los tres se deforma, se pervierte, lo que hay es ruido. ¿Quién ve este hecho? ¿Lo ven ustedes como una idea, una teoría, como algo que “debieran tener”? Si es así, entonces todo eso es función del pensamiento. Entonces dirán: Explíqueme qué clase de sistema debo practicar para conseguir esto, yo renunciaré, practicaré disciplina, todo lo cual es la actividad del pensamiento. Pero cuando ustedes ven la verdad de ello  –la verdad, no lo que “debería ser”–  cuando ven que eso es lo real, entonces es la inteligencia que lo ve. Por lo tanto, es la operación de la inteligencia la que producirá este estado.

El pensamiento es del tiempo, la inteligencia no es del tiempo. La inteligencia es inmensurable; no la inteligencia de un técnico, o la de una ama de casa, o la de un hombre que conoce muchísimo. Eso está todo dentro del campo del pensamiento y de lo conocido. Cuando la mente se halla en completo silencio  –y  puede estar silenciosa, ustedes no tienen que practicar ni controlar, ella puede ser completamente silenciosa, sólo entonces hay armonía total, inmenso espacio y silencio. Solamente entonces lo Inmensurable es.

La Persecución del Placer, (Tomo 2: El despertar de la inteligencia), Editorial Kier, Buenos Aires, pág. 230 a 234.-

Categoría Su Legado

Las Enseñanzas de Krishnamurti

Publicado el 1 de febrero de 2014

¿Qué es la felicidad? Siempre traté de obtenerla, pero nunca llegó a mi camino. Veo que otras personas disfrutan de tantas formas, y muchas de las cosas que hacen parecen tan inmaduras e infantiles. Supongo que son felices a su propio modo, pero yo quiero una felicidad distinta. Tuve unos cuantos atisbos de que es posible obtenerla, pero de algún modo siempre me elude. Me pregunto qué puedo hacer para sentirme real y completamente feliz.

¿Usted piensa que la felicidad es un fin por sí mismo? ¿O es algo secundario que proviene de vivir inteligentemente?

Pienso que es un fin por sí mismo, porque si existe a felicidad, entonces todo lo que se haga es armonioso; entonces se hacen las cosas sin esfuerzo, fácilmente, sin ninguna fricción. Estoy seguro de que todo lo que se haga a partir de esta felicidad será correcto.

¿Realmente es así? ¿Es la felicidad un fin por sí mismo?  De ser así, entonces se convierte en un asunto de poca valía. ¿Puede usted realmente buscar la felicidad?
Si lo hace, probablemente encontrará una imitación de ella en todo tipo de distracciones e indulgencias. Esto es el placer. ¿Cuál es la relación entre placer y felicidad?

Nunca me hice esta pregunta.

El placer que buscamos se llama erróneamente felicidad. ¿Pero puede lograr la felicidad de la misma forma en que busca el placer? Debemos tener muy en claro si el placer es la felicidad. El placer es la gratificación, la satisfacción, la indulgencia, el entretenimiento, la estimulación. La mayoría de nosotros piensa que el placer es la felicidad, y al mayor placer lo consideramos como la mayor de las felicidades. ¿Es la felicidad lo opuesto de la infelicidad? ¿Trata de ser feliz porque se siente infeliz e insatisfecho? ¿Acaso tiene la felicidad algún opuesto? ¿Tiene el amor algún opuesto? ¿Su pregunta acerca de la felicidad es el resultado de ser infeliz?

Soy infeliz como el resto del mundo y naturalmente no quiero serlo, y eso es lo que me impulsa a buscar la felicidad.

De forma que para usted la felicidad es el opuesto de la infelicidad. Si usted fuera feliz no la buscaría. De modo que lo importante no es la felicidad sino saber si puede terminar la infelicidad. Éste es el verdadero problema, ¿verdad? Usted pregunta  acerca de la felicidad porque se siente infeliz  y formula la pregunta sin saber si la felicidad es el opuesto de la infelicidad.

Si lo formula de ese modo, lo acepto. De modo que mi preocupación es cómo liberarme del sufrimiento que siento.

¿Qué es más importante, entender la infelicidad o lograr la felicidad? Si usted busca la felicidad se convierte en una evasión de la infelicidad y, por consiguiente, siempre quedará ahí, quizás cubierta, oculta, pero siempre ahí, regodeándose en su interior. ¿Cuál es su pregunta ahora?

Mi pregunta es: ¿por qué sufro tanto? Usted me señaló muy certeramente mi verdadero estado, en lugar de darme la respuesta que busco, de forma que ahora me enfrento a esta pregunta: ¿cómo deshacerme del sufrimiento que padezco?

¿Puede una agencia externa ayudarlo a deshacerse de su sufrimiento, sea esta agencia externa Dios, un maestro, una droga o un salvador?, ¿o puede tener la inteligencia de entender la naturaleza de su infelicidad y tratar con ella inmediatamente?

Acudí a usted porque pensé que podría ayudarme, para que usted llamara a una agencia externa. Necesito ayuda y no importa quién me la dé.

En el hecho de aceptar o dar ayuda están involucradas varias cosas. Si usted lo acepta ciegamente, se verá dentro de la trampa de una autoridad u otra, que conlleva muchos otros problemas, tales como la obediencia y el temor. Si usted comienza deseando ayuda, no sólo no la recibe, porque de todos modos nadie puede ayudarlo, sino que además obtiene toda una serie de nuevos problemas; se sumerge en el pantano más que nunca.

Creo que entiendo y lo acepto. Nunca antes pensé en esto claramente. ¿Cómo puedo entonces desarrollar la inteligencia para tratar con la infelicidad por mi cuenta e inmediatamente? Si tuviera esta inteligencia, seguramente no estaría aquí ahora y no le pediría ayuda. De forma que ahora mi pregunta es: ¿puedo obtener esta inteligencia para resolver el problema de la infelicidad y lograr la felicidad?

Usted dice que esta inteligencia está separada de la acción. La acción de esta inteligencia es ver y comprender el problema en sí. Estos elementos no se hallan separados ni son sucesivos; no es que usted primero obtenga la inteligencia y luego la utilice en el problema como si fuera una herramienta. Ésta es una de las enfermedades de pensar que debería tenerse primero la capacidad de utilizarla, o sea, primero la idea y el principio y luego aplicarlo. Esto por sí mismo es la esencia de la inteligencia y es el origen de los problemas. Ésta es la fragmentación. Vivimos de esta forma y, por consiguiente, hablamos de felicidad e infelicidad,  odio y amor y así sucesivamente.

Quizá esto sea inherente a la misma estructura del lenguaje.

Quizá lo es, pero no nos metamos demasiado en esto, apartándonos de la cuestión. Lo que decimos es que la inteligencia y la acción de su inteligencia, que es ver el problema de la infelicidad, son una unidad indivisible. También esto no está separado de terminar la infelicidad u obtener felicidad.

¿Cómo puedo obtener esta inteligencia?

¿Entiende usted lo que se ha dicho hasta ahora?

Sí.

Si entendió, se da cuenta de que este ver es inteligencia. Lo único que usted puede hacer es ver; no puede cultivar la inteligencia con el fin de ver. Ver no es cultivar la inteligencia. Ver es más importante que la inteligencia, la felicidad y la infelicidad. Sólo hay el ver o el no ver. Todo el resto: felicidad, infelicidad e inteligencia son sólo palabras.

¿Qué es, entonces, ver?

Ver es comprender cómo el pensamiento crea opuestos. Lo que el pensamiento crea no es real. Ver significa comprender la naturaleza del pensamiento, la memoria, el conflicto, las ideas; ver todo esto como un proceso total es comprender. Esto es inteligencia; ver totalmente es inteligencia; ver fragmentariamente es falto de inteligencia.

Estoy un poco desconcertado. Creo que entiendo, pero debo ir lentamente. Usted dice ver y escuchar completamente. Esta atención es inteligencia y debe ser inmediata. Sólo podemos ver. Me pregunto si ahora veo realmente, o si me iré a casa para pensar lo que usted dijo, esperando ver posteriormente.

Entonces nunca verá; al pensarlo, nunca verá porque el pensamiento impide ver. Ambos comprendemos lo que significa ver. Este ver no es una esencia o la abstracción de una idea. No se puede ver si no hay nada que ver. Ahora tiene un problema de infelicidad, véalo completamente, incluyendo su deseo de ser feliz, y cómo el pensamiento crea el opuesto. Vea la búsqueda de la felicidad y la búsqueda de ayuda con el fin de obtener la felicidad. Vea la decepción, la esperanza, el temor. Todo esto debe ser visto completamente, como un todo, o separadamente. Véalo ahora, póngale toda su atención.

Ahora me siento desconcertado. No sé si tengo su esencia, la totalidad de la cuestión. Quiero cerrar los ojos y entrar en mí mismo, para ver si realmente comprendí. Si lo he hecho, entonces resolví todos mis problemas.

Las enseñanzas de Krishnamurti, Editorial Grijalbo, México 1966, pág. 232 a 235.-

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Diario

Publicado el 1 de febrero de 2014

La inteligencia no es la mera capacidad de concebir, recordar y comunicar; es más que eso. Uno puede estar muy informado y ser hábil en un nivel de existencia y completamente torpe en otros niveles. En cuanto a eso, el conocimiento por muy profundo y amplio que pueda ser, no indica necesariamente inteligencia. La capacidad no es inteligencia. La inteligencia es una sensible y lúcida percepción de la totalidad de la vida; la vida con sus problemas, contradicciones, desdichas, alegría.

Darse cuenta de todo esto sin preferencia alguna y sin ser atrapado por ninguno de sus eventos sino fluir con la totalidad de la vida, es inteligencia. Esta inteligencia no es el resultado de influencia alguna ni del medio circundante; no es la prisionera de ninguna de estas cosas y, por lo tanto, puede comprenderlas y así estar libre de ellas. La conciencia es limitada, tanto la evidente como la oculta, y su actividad, por alerta que sea, está confinada dentro de los límites del tiempo; la inteligencia no lo está. La percepción alerta y sensible, sin opciones, de la totalidad de la vida, es inteligencia. Esta inteligencia no puede ser usada para obtener ganancia o provecho de ninguna especie, sea en lo individual o en lo colectivo. Esta inteligencia es destrucción y, por tanto, la forma no significa nada y la reforma es una regresión. Sin destrucción, psicológica de todo lo que ha sido, no el mero cambio exterior, eso es esencialmente inteligencia. Sin esta inteligencia toda acción conduce a la confusión y a la desdicha. El dolor es la negación de esta inteligencia.

La ignorancia no es la falta de conocimiento sino la falta del conocimiento de sí mismo; sin el conocimiento de sí mismo no hay inteligencia. El conocimiento de sí mismo no puede acumularse como conocimiento; el aprender es de instante en instante. No es un proceso aditivo; en el proceso de acumular, de sumar, se forma un centro, el centro del conocimiento, de la experiencia. En este proceso, positivo o negativo, no existe el comprender, porque en tanto haya una intención de acumular o de resistir, el movimiento del pensar y del sentir no pueden comprenderse, no hay conocimiento de sí mismo. Sin el conocimiento de sí mismo no hay inteligencia. Ese conocimiento es presente activo, no es un juicio; todo juicio acerca de uno mismo implica acumulación, una evaluación a partir de un centro de experiencia y conocimiento. Es este pasado el que impide la comprensión del presente activo. En la acción de conocerse uno a sí mismo, hay inteligencia.

Diario I, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, pág. 106 y 107.-

El arte de la inteligencia consiste en poner al conocimiento en su lugar apropiado. Sin los conocimientos es imposible vivir en esta civilización tecnológica y casi mecánica, pero estos conocimientos de por sí no han de trasformar al ser humano y a la sociedad. El conocimiento no es la excelencia de la acción inteligente; la inteligencia puede y debe usar el conocimiento, y de esta manera transforma al hombre y a su sociedad. La inteligencia no es el mero cultivo del intelecto y de su integridad. Ella se revela con la comprensión de la conciencia humana total, con la comprensión total de uno mismo y no de una parte, de un segmento separado de uno mismo. El estudio y la comprensión del movimiento de nuestra propia mente y corazón da nacimiento a esta inteligencia. Uno es el contenido de su conciencia; al conocerse uno a sí mismo conocerá el universo. Este conocimiento está más allá de la palabra, porque la palabra no es la cosa. La libertad con respecto a lo conocido, en cada minuto, es la naturaleza esencial de la inteligencia. Es esta inteligencia la que opera en el universo si la dejamos tranquila. Estamos destruyendo esta condición sagrada del orden, debido a la ignorancia que padecemos acerca de nosotros mismos. Esta ignorancia no se disipa por los estudios que otros han hecho de nosotros o de sí mismos. Es uno el que debe estudiar el contenido de su propia conciencia. Los estudios que otros han realizado sobre sí mismos y, por tanto, sobre nosotros, son las descripciones pero no lo descrito. La palabra no es la cosa.

Únicamente en la relación puede uno conocerse, no en la abstracción y, por cierto, no en el aislamiento. Incluso en un monasterio está uno relacionado con la sociedad que ha construido el monasterio como un escape, o que ha cerrado las puertas de la libertad. El movimiento de la conducta es la guía segura que tenemos; es el espejo de la propia conciencia. Este espejo revelará su contenido, las imágenes, los apegos, los temores, la soledad, la alegría y el dolor. La pobreza radica en escapar de esto, ya sea en sus sublimaciones o en sus identificaciones. Negar, sin resistencia alguna, este contenido, es la belleza y compasión de la inteligencia.

Jiddu Krishnamurti, Diario II, Editorial Edhasa, 1983, pág. 115 y 116

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