Nuestro sistema consumista nos insta permanentemente a ser personas de «acción». La acción entendida como conducta mecánica tendiente a la afirmación de nuestros egos, es la aliada perfecta para el mantenimiento y desarrollo de tal alienante sistema social, económico y político. Los objetos son ávida y estúpidamente consumidos sin parar y las personas, como simples imágenes que satisfacen nuestras necesidades egocéntricas, también son «consumidas» del mismo modo. Actuamos, corriendo…¿ hacia donde? Como siempre K nos introduce en algo diametralmente distinto cuando utiliza tal palabra, veamos: