Interlocutor: ¿Por qué le tenemos miedo a la muerte? Krishnamurti: Tú has formulado esa pregunta: “¿Por qué le tenemos miedo a la muerte?”. ¿Sabes qué es la muerte? Ves la hoja verde: ha vivido todo el verano, ha danzado en el viento, ha absorbido la luz del sol, las lluvias la han lavado dejándola limpia; y cuando llega el invierno, la hoja se marchita y muere. El pájaro en vuelo es una cosa bella, y también él se marchita y muere. Ves los cuerpos humanos que llevan al río para ser cremados. Por lo tanto, sabes que es la muerte. ¿Por qué le tienes miedo? Porque estás vivo como la hoja, como el pájaro, y una enfermedad o alguna otra cosa podría sucederte y te has terminado. Así que dices: “Quiero vivir, quiero disfrutar, quiero tener esta cosa llamada vida continuando en mí”. De modo que el temor a la muerte es el temor de que nos llegue el fin, ¿no es así? Jugar cricket, disfrutar la luz del sol, ver nuevamente el río, ponerte las viejas ropas, leer libros, encontrar constantemente a tus amigos… todo eso llega a su fin. Así que le tienes miedo a la muerte. Estando temerosos de la muerte, sabiendo que la muerte es inevitable, pensamos cómo ir más allá de la muerte; tenemos diversas teorías. Pero si sabemos cómo terminar, cómo morir cada día, entonces no hay temor. ¿Comprendes esto? Se sale un poco de lo común. No sabemos cómo morir porque estamos siempre acumulando, acumulando, acumulando. Pensamos siempre en términos del mañana: “Soy esto y seré aquello”. Jamás somos completos en un día; no vivimos como si fuera el único día para ser vivido. ¿Entiendes de que estoy hablando? Estamos viviendo siempre en el mañana o en el ayer. Si alguien te dijera que vas a morir al terminar el día, ¿qué harías? ¿No vivirías ricamente durante ese día? Nosotros no vivimos la rica plenitud de un día. No rendimos culto al día; estamos pensando siempre en lo que haremos mañana, en el juego de cricket que vamos a completar mañana, en el examen que vamos a rendir dentro de seis meses, en cómo vamos a disfrutar nuestra comida, en qué clase de ropas vamos a comprar, etc., siempre estamos muriendo en el mal sentido. Si vivimos un día por completo y terminamos con él para volver a empezar otro día como si fuera algo nuevo, fresco, entonces no existe el miedo a la muerte. Morir cada día a todas las cosas que hemos adquirido –a todas las luchas–, no traspasarlas al día siguiente… en eso hay belleza; aun cuando haya un final, existe renovación. El vivir y el morir, Editorial Planeta, Bs. As., Argentina, páginas 32 y 33.- (Tomado de las Obras Completas de Krishnamurti)