Pienso. ¿Luego existo? Este interrogante (planteado originariamente por Descartes como una afirmación), nos introduce de algún modo en la ambivalencia esencial del pensamiento. Puede llegar a ser «todo» en nosotros y definirnos (pasado, condicionamientos, hábitos, recuerdos, dolores, erudición, técnica, etc, etc) o ser algo meramente instrumental, accesorio; y así, que nuestra verdadera creatividad, inteligencia y capacidad de observación nos permitan ser «nuevos» cada día. Es factible ello?
El pensamiento NO-VE. Es una excelente herramienta, es tan vital como el cuerpo. Sin darnos cuenta del hecho claro-vivencial que ‘el pensamiento NO-VE’, el pensamiento se convierte en verdugo, cárcel y carcelero del ser humano. Ser Libre no es un producto del pensamiento, sino la contingencia tan inevitable como feliz del darse cuenta que el pensamiento NO-VE. Sucede, entonces, la dicha inimaginable…
Bienvenido Gabriel a nuestro sitio, esperamos tu «ayuda» permanente para estimular a otros en el camino de intentar comprender que existe una vida distinta que la que nos propone la «sociedad del pensamiento»