Sabido es que muchas de las palabras que utiliza K poseen para él un sentido muy distinto al que comúnmente se les asigna. Pero quizás, en lo que a esta particularmente concierne (orden), deberíamos realizar una consideración especial y con mayor detenimiento, para desentrañar a que se refiere. Tanto las instituciones políticas como las religiosas se han ocupado de imponernos el «orden» que ellos estimaban correcto. Como siempre, utilizando el modo negativo (lo que «no es»), es posible que se nos clarifique el enfoque.
Seguramente no es aquel que excluye para «ordenar», ni el que reprime para evitar lo que molesta…