Uno se pregunta por qué los seres humanos, que han vivido en esta Tierra durante millones de años, que son tan inteligentes en lo tecnológico, no han dedicado su inteligencia a liberarse del muy complejo problema del miedo, el cual puede ser una de las razones de la guerra, de que nos matemos unos a otros. Y las religiones de todo el mundo no han resuelto el problema; tampoco lo han hecho los gurúes ni los salvadores ni los ideales. Está, pues, muy claro que ningún agente externo, por elevado que sea, por popular que se haya vuelto gracias a la propaganda, podrá jamás resolver este problema del miedo humano.
Estamos indagando, investigando, explorando en profundidad todo el problema del miedo. Y quizás hemos aceptado de tal manera el patrón del miedo, que ni siquiera queremos apartarnos de él. Entonces, ¿qué es el miedo? ¿Cuáles son los factores que contribuyen a generar miedo? Tal como ocurre con las numerosas pequeñas corrientes, con los riachuelos que forman el tremendo caudal de un río, ¿cuáles son las pequeñas corrientes que originan el miedo, que dan una vitalidad tan extraordinaria al miedo? ¿Lo es el compararse uno mismo con otra persona? Obviamente, sí. ¿Pueden, entonces, vivir una vida sin compararse con nadie? ¿Comprenden lo que digo? Cuando uno se compara con otro –ideológica, psicológica o incluso físicamente–, existe la lucha por convertirse en eso; y está el miedo de no poder lograrlo. Existe el deseo de realizarnos y el miedo de no ser capaces de realizarnos. Donde hay comparación tiene que haber miedo.
Así pues, uno se pregunta si es posible vivir sin una sola comparación, sin compararse jamás –si uno es hermoso o feo, agradable o desagradable–, sin aproximarse a ningún ideal, a ningún patrón de valores. Esta constante comparación prosigue todo el tiempo. Nos preguntamos: ¿Es ésa una de las causas del miedo? Evidentemente, sí. Y donde hay comparación tiene que haber amoldamiento, imitación. Decimos, pues, que la comparación, el amoldamiento y la imitación son causas que contribuyen al miedo. ¿Podemos vivir sin comparar, imitar o amoldarnos psicológicamente? Por supuesto que podemos. Si esos son los factores contribuyentes del miedo, y uno se interesa en terminar con el miedo, entonces, internamente, no hay comparación alguna, lo cual implica que no existe un devenir, un “llegar a ser”. El significado mismo de la comparación es el de convertirnos en aquello que consideramos mejor, superior, más noble, etc. Por lo tanto, la comparación es el llegar a ser. ¿Es ese uno de los factores del miedo? Ustedes tienen que descubrirlo por sí mismos. Si ésos son los factores, si la mente ve que esos factores son los que originan el miedo, entonces, la percepción misma de tales factores termina con las causas que contribuyen a la existencia del miedo. Si existe una causa física que nos produce un dolor de estómago, el dolor se termina al descubrir la causa. De manera similar, donde hay cualquier causa, hay una terminación.
Ojai, 8 de mayo de 1982
Editorial Kier, Bs As, Argentina, Pag 10 y 11
«Knowledge alone effects emancipation. As fire is indispensable to cooking, so knowledge is essential to deliverance.» – Shankara
( Nos hemos tomado el atrevimiento de traducirlo):»El conocimiento por sí solo produce la emancipación igual que el fuego es indispensable para cocinar, así el conocimiento es esencial para la liberación»
Si partimos del aparente espíritu de la enseñanza de Shankara ( del que hemos publicado En Sintonía, Penacho de Joyas de la Sabiduría), parecería que se refiere a un conocimiento que no es mera acumulación de conceptos o ideas…
dejaré una idea para reflexionar: que ocurre si tomando la frase de Shankara, reemplazo conocimiento, por pasión (a la usanza de K), es decir más que ideas y conceptos por un sentir, un fuego, o como cada uno lo sienta. Abrazos a todos