Una respuesta

  1. Rafael
    Rafael 30 de agosto de 2016 at 10:40 AM |

    Tal vez si volviéramos a considerarnos parte de la Naturaleza, de la cual nos hemos despegado por un complejo de superioridad surgido a partir de que podemos transformarla con nuestra acción, podríamos reconocer que los principios naturales ya descubiertos por la ciencia, nos componen naturalmente, y son eternos. Entonces podríamos tratar de copiarlos a través de nuestras actitudes, para progresar en nuestras relaciones. Porque esos principios, al ser eternos, sirven cual faro de luz en la costa de un mar embravecido.

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