Tenemos que ver para cambiar. Pero que vemos en nuestra vida cotidiana? esa pregunta seguramente encierra la interminable respuesta relativa al caudal de cuestiones que habitan nuestra mente, nuestros recuerdos, en definitiva, el ayer de nuestras vidas y que nos sumergen en la ilusión de ver la realidad. No solo los hechos pasados sino también y más sutilmente, las ideas, colorean nuestra observación. Podemos ver y vivir de otro modo? Ese es el reto.
Tal vez si volviéramos a considerarnos parte de la Naturaleza, de la cual nos hemos despegado por un complejo de superioridad surgido a partir de que podemos transformarla con nuestra acción, podríamos reconocer que los principios naturales ya descubiertos por la ciencia, nos componen naturalmente, y son eternos. Entonces podríamos tratar de copiarlos a través de nuestras actitudes, para progresar en nuestras relaciones. Porque esos principios, al ser eternos, sirven cual faro de luz en la costa de un mar embravecido.