Es un lugar común afirmar: «estamos en la era de la comunicación». Ahora, con los vertiginosos avances en materia tecnológica, cualquiera, en cualquier lugar del mundo, puede comunicarse con otro desde el sitio más distante. Parecería pues que hemos llegado al ideal que permitiría la intensificación de los vínculos humanos; sin embargo, la soledad es una constante, el individualismo exacerbado es la norma y las personas raramente se escuchan. ¿Qué es lo que ocurre entonces? ¿ Quizás los instrumentos no son los adecuados?. Seguramente no es ese el problema. Históricamente hemos apostado a buscar los instrumentos para que el hombre puede expresarse, realizarse, etc, etc…, dando por sentado equivocadamente que si modificábamos o mejorábamos las condiciones externas el ser humano encontraría la plenitud. Nuestro Ego se encuentra a sus anchas, moldea a su gusto desde su comando cibernético qué vínculos quiere tener, inventa la personalidad que le conviene vender y esconde su realidad tras un teclado.
¿ No es hora que comencemos por el ser humano?
Ya lo creo! Las relaciones familiares, sociales, se han olvidado del ser humano. Tanto es así que una reunión familiar parece un locutorio con computadoras
saludos Rosmary