MÍSTICOS CRISTIANOS

Siempre resulta un desafío correr el pesado velo de la cultura, la historia, las religiones  y las palabras, para intentar encontrar lo esencial que los hombres rozan en algún momento de sus vidas. Esto es lo que parece verse en este acercamiento poético:  

CANTO AL AMOR

Aunque hable las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, no soy más que una campana que toca o unos platillos que resuenan.

Aunque tengan el don de profecía y conozca todos los misterios y toda la ciencia, y aunque tenga tanta fe que traslade las montañas, si no tengo amor no soy nada.

Aunque reparta todos mis bienes entre los pobres y entregue mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me sirve.

El amor es paciente, es servicial, el amor no tiene envidia, no es presumido ni orgulloso, no es grosero, ni egoísta, no se irrita, no toma en cuenta el mal, el amor no se alegra de la injusticia, se alegra de la verdad.

Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera.

El amor nunca falla. Desaparecerán las profecías, las lenguas cesarán y tendrá fin la ciencia.

Nuestra ciencia es imperfecta, e imperfecta también nuestra profecía,

Cuando llegue lo perfecto, desaparecerá lo imperfecto.

Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, Cuando llegué a hombre, desaparecieron las cosas de niño.

Ahora vemos como por medio de un espejo, confusamente; entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de una manera imperfecta; entonces conoceré de la misma manera que Dios me conoce a mí.

Tres cosas hay que permanecen: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más grande de las tres es el amor.

Pablo, I Corintos, 13, 1-13

 

SI NO OS CONOCÉIS A VOSOTROS MISMOS

Si vuestros doctores os dicen:

“Mirad, el Reino está en el cielo”,

Entonces los pájaros del cielo os precederán.

Si os dicen

“está en el mar”,

Entonces los peces os precederán.

Dentro de vosotros mismos

Es donde está el Reino

Y también fuera de vosotros.

Cuando os conozcáis a vosotros mismos,

Seréis conocidos, y entonces

Comprenderéis que sois vosotros

Los hijos del Padre viviente.

Pero si no os conocéis a vosotros mismos,

Permaneceréis en la pobreza,

Vosotros mismos seréis la pobreza.

Evangelio de Tomás, logion 3

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