EL ZEN

Es un gran desafío para nosotros, siempre renovado, intentar encontrar el vínculo esencial entre la Enseñanza de K y el pensamiento y visión de otros personajes de distintas culturas y épocas. En el caso del Zen, su origen milenario nos obliga a ser particularmente modestos y respetuosos, sólo pues procuramos, en este caso, acercar algunas de aquellas reflexiones que estimamos más significativas en la búsqueda permanente, tanto de nuestro propio esclarecimiento como de nuestra libertad interior. El vacío, el silencio, la comprensión, la observación, la limitación de las palabras; cuestiones planteadas aquí y siempre presentes en nuestra investigación:

«Paz, vacío, silencio y no actuar son la esencia del universo y la raíz de todas las cosas».

Chuang Zi.-

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En cierta ocasión, mientras Buda se hallaba en el bosque con sus discípulos, éste sostenía entre sus manos una delicada flor dorada a la que contempló detenidamente durante algunos minutos sin pronunciar palabra. Y mientras los discípulos aguardaban a que el Maestro emitiera alguna reflexión que revelara su grandeza, sólo uno de ellos, Kasyapa, logró comprender el significado de aquel acto, miró al Maestro y sonrió profundamente. Buda, que lo observaba, también sonrió y le dijo: “Has comprendido el significado del Nirvana, la ley verdadera, toma ahora esta flor”

«El origen del sufrimiento es el apego, que crea la ilusión del ego. El dolor en sí no purifica, es como una erupción en la piel que indica un proceso purificador, pero hay que descubrir el origen del dolor y eliminar su causa».

Buda

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(El mirar sin pensamiento desde la perspectiva del zen:)

«Cuando miro con cuidado ¡Veo florecer la nazuna (*) junto al seto (**)!»

Basho

(*) Pequeña flor silvestre

(**) Cerco vegetal

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(El pensamiento occidental y su modo de ver:)

«Flor en el muro agrietado, de las grietas te arranco;

Te sostengo aquí, todo y raíz, en mi mano,

Pequeña flor, si acaso me fuera posible comprender lo que tú eres,

todo y raíz, y todo en todo, sabría lo que Dios y el hombre es».-

Alfred Tennyson

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» Cuando estás apegado al mundo sólo ligeramente, ligero es también el efecto del mundo sobre ti. Cuando estás intensamente envuelto en ocupaciones diversas, sus enredos también se intensifican. Así pues, para las personas iluminadas la simplicidad es superior al refinamiento, y la libertad preferible al cumplimiento de las formas».

Libro de los Orígenes

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«El ser verdadero procede de la nada, momento tras momento. La nada está siempre allí y todo procede de ella. En el budismo Zen, la nada no es un concepto metafísico sino una fuerza que se halla presente en lo cósmico. La nada circunda a todo lo viviente, la nada es “vacuidad”, vacío, “Ku”.

Shunryu Suzuki

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Al repecto dice el Tao: “El jarrón puede usarse porque en su centro hay el vacío».

El vacío, no es el caso particular de la vacuidad, sino la experiencia misma, y su duración no está sujeta al devenir temporal. La percepción del vacío, en cambio, es una experiencia siempre repentina, extática, sustraída a la coordenada espacio-temporal que transcurre fugazmente en la infinita densidad del espacio-tiempo-existencia como una fulguración repentina.-

«No persigas las marañas externas, Mora en el vacío interno;

Sé sereno en la unidad de las cosas,

Y (el dualismo) se desvanecerá por sí solo».

Sosan (tercer patriarca Zen, 606 d. c).

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La «comprensión en acto», se opone aquí a lo que Heidegger llamara «el círculo de la comprensión», por cuanto no se trata de la comprensión por medio de conceptos o figuras lógicas sino de una comprensión que implica en sí misma una «transformación¨» del ser que comprende, Quien «comprende» se «transforma» a partir de lo comprendido. Y quien «comprende» el carácter transitorio de la existencia en su mismo devenir, y «comprende» la vacuidad del deseo, no sufrirá ya a causa de ello.- (*)

(*) Nota: Excepto las citas que al pie indican su autor( también contenidos en la misma publicación), el resto de las reflexiones corresponden al pensamiento de Sergio Albano, de su libro: Heidegger, Hölderlin y el Zen, Editorial Quadrata, 2007, pags: 73 in fine.-

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