El deseo urgente de seguridad en nuestras relaciones engendra,inevitablemente, dolor y temor. Esta búsqueda de seguridad está invitando a la inseguridad. ¿Ha encontrado usted seguridad alguna vez en cualquiera de sus relaciones? ¿La ha encontrado? La mayoría de nosotros queremos estar seguros de amar y ser amados, pero, ¿hay amor cuando uno está buscando su propia seguridad, su camino particular? No somos amados porque no sabemos amar…
…Como no podemos resolver esta cuestión humana llamada amor, nos perdemos en abstracciones. El amor puede ser la última solución a todas las dificultades del hombre, a sus problemas y afanes. ¿Cómo, pues, vamos a descubrir qué es el amor? ¿Meramente definiéndolo? La iglesia lo ha definido de una manera, la sociedad de otra, y hay toda clase de desviaciones y perversiones. Adorar a alguien, dormir con alguien, el intercambio emocional, el compañerismo, ¿es eso lo que significa para nosotros el amor? Tal ha sido la norma, el patrón, y se ha vuelto tan tremendamente personal, sensual y mezquino, que las religiones han declarado que el amor es algo mucho más que eso. En lo que llaman amor humano, ellas ven el placer, la competencia, los celos, el deseo de poseer, de retener, de dominar a otros y de interferir con su manera de pensar, y conociendo la complejidad de todo esto, dicen que debe haber otra clase de amor: divino, hermoso, intocable…
…¿Puede dividirse el amor en sagrado y profano, en humano y divino?, ¿o existe solamente amor? ¿Es el amor del uno y no de los muchos? Si yo digo: “Lo amo a usted”, ¿excluye el amor a otro? ¿Es personal o impersonal el amor? ¿Moral o inmoral? ¿Familiar o no familiar? Si usted ama a la humanidad, ¿puede amar lo particular? ¿Es sentimiento el amor? ¿Es emoción el amor? ¿Es el amor placer y deseo?
Todas estas preguntas indican, ¿no es verdad?, que tenemos ideas acerca del amor, ideas acerca de lo que debería o no debería ser, un patrón o un código desarrollado por la cultura en que vivimos.
Así, para profundizar en la cuestión de lo que es el amor, primero debemos quitarnos la costra de los siglos, desechar todos los ideales e ideologías de lo que debería o no debería ser. Separar cualquier cosa entre lo que es y lo que debería ser, es la forma más engañosa de bregar con la vida…
…El gobierno dice: “Ve y mata por amor a tu país”. ¿Es esto amor? La religión dice: “Deja el sexo para poder amar a Dios”. ¿Es esto amor? ¿Es el deseo el amor? No diga que no. Para la mayoría lo es –deseo y placer, el placer derivado de los sentidos a través del apego y la satisfacción sexual–. Yo no estoy contra el sexo, pero vea lo que esto implica. Lo que el sexo le da momentáneamente es el abandono total de usted mismo; después vuelve a sus perturbaciones. Por eso desea la repetición una y casino online otra vez de ese estado en que no hay preocupación, ni problema, ni “yo”…
…Pertenecer a otro, estar sicológicamente nutrido por otro, dependiendo de otro, tiene que crear siempre ansiedad, temor, celos, culpa, y en tanto haya temor, no hay amor. Una mente dominada por el dolor nunca conocerá el amor; el sentimentalismo y el emocionalismo nada tienen que ver con el amor. Y, por supuesto, el amor nada tiene que ver con el placer y el deseo.
El amor no es producto del pensamiento, que es el pasado, no es posible que el pensamiento pueda cultivarlo. El amor no está resguardado y preso en los celos, porque éstos pertenecen al pasado. El amor es presente, activo en todo momento. No es “amaré” o “he amado”. Si usted conoce el amor, no sigue a nadie. El amor no obedece. Cuando se ama no hay respeto ni falta de respeto…
…¿Tiene el amor responsabilidad y deberes, y se le puede aplicar esas palabras? Cuando usted hace algo por deber, ¿hay amor en ello? En el deber no hay amor. La estructura del deber en que el hombre se ve atrapado, lo está destruyendo. Mientras usted se vea obligado a hacer algo porque es su deber, usted no ama lo que está haciendo. Cuando hay amor, no hay deber ni responsabilidad…
…Estar realmente interesado en alguien implica cuidarlo como lo haría con un árbol o una planta: regarla, estudiar sus necesidades, buscar el mejor suelo para ella, atenderla con gentileza y ternura –pero cuando usted prepara a sus hijos para adaptarlos a la sociedad, los está preparando para llevarlos a la muerte. Si amara a sus hijos no ocasionaría guerras…
…Así, cuando usted pregunta qué es amor, puede ser que usted esté tan atemorizado que no entienda la respuesta. Esta podría significar el completo cataclismo; podría destruir la familia. Puede que usted descubra que no ama a su esposa o esposo, a sus hijos ¿en verdad los ama? Puede verse obligado a destruir la casa que ha edificado, puede que nunca regrese al templo.
Pero si quiere descubrir el amor, verá que el temor no es amor, que la dependencia no es amor, ni los celos son amor, ni tampoco el deseo de posesión y dominio; que la responsabilidad y el deber no son amor; que la propia compasión y la agonía de no ser amado no son amor; que el amor no es opuesto del odio, así como la vanidad no es lo opuesto de la humildad. De modo que si usted puede eliminar todo esto, no por la fuerza, sino lavándolo tal como la lluvia limpia una hoja del polvo de muchos días, entonces quizá encontrará esa extraña flor de la cual el hombre ha estado siempre hambriento…
…Una mente que busca, no es una mente apasionada. Encontrarse con el amor sin buscarlo, es el único camino para llegar a él –encontrarse con él desprevenido y no como resultado de algún esfuerzo o experiencia. Un amor así, usted descubrirá que no pertenece al tiempo; tal amor es tanto personal como impersonal, es a la vez el uno y los muchos. Como ante una flor que exhala su perfume, usted puede aspirar su fragancia o pasar de largo: Esa flor es para todos y para aquel que se toma el trabajo de olerla intensamente y de mirarla con deleite. Ya se encuentre uno muy cerca en el jardín, o se halle muy lejos, es lo mismo para la flor, porque está llena de ese perfume y así lo comparte con todos los demás.
Usted puede preguntar: “Si yo encuentro tal amor, ¿qué ocurrirá a mi esposa, a mis hijos, a mi familia? Ellos deben tener seguridad”. Cuando usted plantea semejante problema, es que nunca ha salido del campo del pensamiento, del campo de la conciencia. Una vez que haya salido de ese campo, nunca hará tal pregunta, porque entonces conocerá el amor en que no existe el pensamiento y, por supuesto, tampoco el tiempo. Usted podrá sentirse hipnotizado y fascinado al leer esto, pero ir realmente más allá del pensamiento y del tiempo –lo que significa trascender el dolor– es darse cuenta de que existe una dimensión distinta llamada amor.
Pero usted no sabe cómo llegar a esta fuente extraordinaria; por tanto, ¿qué hace usted? Si no sabe qué hacer, uno no hace nada, ¿verdad? Absolutamente nada. Entonces usted está internamente en completo silencio. ¿Comprende lo que esto significa? Significa que usted no está ya buscando, ni deseando, ni persiguiendo nada; no hay centro en absoluto. Entonces hay amor.
Libérese del Pasado, Editorial Orion, México 1976, páginas a 135