Ahora me gustaría investigar algo distinto. ¿Existe algo sagrado en la vida, lo cual forma parte de todo esto? ¿Existe algo sagrado, santo en la vida? Quite, aparte la palabra, la imagen, el símbolo, el cual es muy peligroso y, cuando lo haya hecho, pregúntese. “¿Hay algo realmente sagrado en mi vida, o todo es superficial, fabricado por el pensamiento?”. El pensamiento no es sagrado ¿verdad? ¿Cree usted que el pensamiento y las cosas que ha creado son sagrados? Se nos ha condicionado en eso; como hindú, budista o cristiano, estamos condicionados a rendir culto, a adorar, a rezarle a cosas que el pensamiento ha organizado. Y a eso le damos el nombre de sagrado.
Uno tiene que averiguarlo, porque si no descubre si hay algo realmente sagrado que no este compuesto por el pensamiento, la vida se vuelve cada vez más superficial, más mecánica, y el final de la propia vida carece por completo de sentido. ¿Sabe? Estamos apegados al pensamiento y a todo el proceso del pensar, y rendimos culto a las cosas que el pensamiento ha creado. Una imagen, un símbolo, una escultura, ya esté hecha a mano o por la mente, es el proceso del pensamiento. El pensamiento es, experiencia, conocimiento, lo cual es pasado. Y el pasado se convierte en tradición y ésta en lo más sagrado. Por consiguiente, estamos rindiendo culto a la tradición. ¿Existe algo que no tenga nada que ver con el pensamiento y la tradición, con rituales, con toda esa parafernalia de circo? Uno tiene que averiguarlo.
¿Cómo lo averigua? No un método; cuando empleo la palabra cómo, no estoy sugiriendo un método. ¿Hay algo sagrado en la vida? Existe todo un bloque de la humanidad que dice, “No hay absolutamente nada. Usted es el resultado del entorno y usted puede cambiarlo, así que no hable nunca de nada sagrado. Usted será un individuo mecánico y feliz”.- Pero, si uno es sumamente serio acerca de este asunto, y tiene que ser real y profundamente serio, no puede pertenecer ni a un bloque materialista ni a uno religioso, pues éste también esta basado en el pensamiento. Entonces usted tiene que descubrir. Usted no afirma nada y empieza a investigar.
Ahora bien, ¿qué significa investigar en uno mismo con el fin de descubrir si existe algo profundamente sagrado, santo, no en la vida de uno sino en la vida, en el vivir? ¿Hay algo maravillosa y supremamente sagrado o no hay nada en absoluto?
Es necesario poseer una mente muy silenciosa, porque sólo en esa libertad se puede descubrir. Debe haber libertad para mirar, pero si dice, “Bueno, me gusto mi creencia, me quedo con eso”, usted no es libre. O si dice, “Todo es materialista”, lo cual es un movimiento del pensamiento, entonces tampoco es libre. De manera que, para observar debe haber libertad de las imposiciones de las civilizaciones y de los deseos, esperanzas, prejuicios, anhelos y temores personales. Usted sólo puede observar cuando la mente esté completamente quieta. ¿Puede la mente estar completamente sin movimiento? Porque si hay movimiento hay distorsión. A uno le resulta muy difícil, porque el pensamiento interviene de inmediato, así que uno dice, “Debo controlar el pensamiento”. Pero el controlador es lo controlado. Cuando usted ve que el pensador es el pensamiento, que el controlador es lo controlado, que el observador es lo observado, entonces no hay movimiento. Uno se da cuenta de que la ira forma parte del observador que dice, “Estoy enojado”, de manera que la ira y el observador son lo mismo. Eso está claro, es simple. Del mismo modo, el pensador que quiere controlar el pensamiento sigue siendo pensamiento. Cuando uno se da cuenta de eso, el movimiento del pensamiento se detiene.
Cuando no hay movimiento de ninguna clase en la mente, entonces está quieta de forma natural, sin esfuerzo, sin coacción y libertad. Está naturalmente quieta; no es una actitud cultivada, porque eso es mecánico, lo cual no es sino una ilusión de quietud. De modo que hay libertad. La libertad implica todo eso de lo que hemos hablado, y en ella hay silencio. Lo que significa ausencia de movimiento. Entonces usted puede observar, entonces hay observación, sólo observación, no el observador observando. Por lo tanto, sólo hay observación desde el silencio total, desde la completa quietud de la mente. Entonces ¿qué tiene lugar?
Si usted ha llegado tan lejos, o sea a liberarse del condicionamiento propio y a la consecuente carencia de movimiento, al silencio y quietud completos, entonces la inteligencia entra en funcionamiento, ¿no es cierto? Ver la naturaleza del apego y todas sus implicaciones, comprender su naturaleza, es inteligencia. Sólo cuando llega a ese punto, o sea a ser libre, a lo que acompaña la operación de la inteligencia, tiene usted una mente tranquila, sana y cuerda. Y en esa quietud descubrirá si hay algo realmente sagrado o si no hay absolutamente nada.
La luz en uno mismo, Editorial Kier, pág. 77 a 79.-
Muy interesantes los articulos que he leido. Y tambien muy completo todo sobee Krishnamurti. Gracias.